Lasaña de ricota y espinacas

Mi madre siempre ha hecho la pasta en casa, lo que más me ha podido gustar siempre es la lasaña casera, con su nata... su bechamel... pero engorda, y mucho, vaya que si. Estamos a un paso del verano, aunque el clima se empeñe en indicarnos lo contrario, como decimos en mi pueblo, ni al verano ni al invierno se los come el lobo, y me da a mí que este año va a ser muy caluroso pese a lo tarde que está viniendo y las ganas que tenemos. por lo que esta receta está muy bien para la operación bikini.

Como no tengo la maquinita de hacer pasta, yo la he comprado, concretamente he comprado las placas de Gallo que no necesitan cocción previa, me son más cómodas y me resultan más ricas, ya que para mi gusto, quedan en su justo punto. Al dente, como dirían nuestros paisanos italianos.

INGREDIENTES

1 Paquete de placas de lasaña.

500gr de ricota

100gr de queso parmesano rallado (yo lo he rallado en casa, para disgusto de mi costillo que le he ventilado medio queso)

1 Huevo (o dos si son pequeños)

Salsa de tomate frito

Un buen puñado de espinacas.

PREPARACIÓN

Ponemos a calentar el horno a 220ºC

Embadurnamos una fuente de horno con una capa de salsa de tomate.

En un recipiente apto para ello, vertemos el queso ricota, el huevo y las espinacas. Lo pasamos por la batidora, creando una crema tipo nata líquida.

Montamos la lasaña, colocando primero una capa de placas, vertiendo por encima la crema de ricota y espinacas, una capa de parmesano y unos chorretones de salsa de tomate.

repetimos la operación hasta que nos quedemos sin placas, finalizando con una capa de crema de ricota y espinacas y espolvoreando con lo que nos quede de parmesano.

Horneamos a 220ºC durante 35' si queréis que quede al dente, si os gusta más blandito, ponerle otros 5 o 10' más

Nota: Con la cocción, la crema de ricota y espinacas, cuajará, por lo que aunque la veáis muy líquida, no pasa absolutamente nada.