Pitu de Pación al horno

El pitu de pación, o pitu de caleya, es ese pollo libre que anda suelto por los prados comiendo de aquí para allá todo lo que se encuentra ante él, bichines, maíz, granos... lo que sea, en Asturias lo llamamos así, de pación, porque pace como las vacas, de caleya, porque callejea libre a sus anchas cantando cada dos por tres. En otros sitios ni idea de cómo lo llamáis, igual esos pollos de corral... pero ni de lejos, el pitu de caleya es de otro mundo, su carne es roja, firme, que necesita de largas cocciones, así que si tenéis la misma suerte que yo, de encontrar quien os los proporcione, no lo dudéis porque bien merece la pena.

Como invité a mi madre a comer, y ella no puede tomar sal, lo sazoné con salsa de soja baja en sal de Kikkoman, que le aporta sabor sin meterle demasiada salazón, el resultado fue riquísimo, el sabor del pollo de toda la vida, ese que ya solo encuentras en un rinconín de la memoria, y con un color estupendo.

INGREDIENTES

Un pollo (el mío de pación)

4 Cucharadas de salsa de soja baja en sal de Kikkoman

4 Cucharadas de perejil picado

1 Cucharadita de pimineta negra recién molida

2 Cucharadas de ajo picadito

1/4 de taza de aceite de oliva virgen extra

1 Chorrete de vinagre balsámico

PREPARACIÓN

Mezclamos muy bien todos los ingredientes salvo el pollo y en un tuper bañamos bien el pollo con el resultado, lo dejamos adobar durante toda la noche, y si podemos le damos alguna vuelta de vez en cuando para que el pollo se impregne por todas partes.

Al día siguiente, precalentamos el horno a 200ºC y colocamos el pollo en una fuente de horno, junto al adobo. Asamos durante 40' más o menos.

Servimos bien caliente. El acompañamiento ideal son unas patatas fritas en cuadraditos con unos pimientos verdes fritos, pero estamos cuidándonos y lo acompañé de arroz blanco, bañado con la salsa que soltó el pollo durante el asado.