A pesar de que los arroces me gustan cuanto más secos mejor, he de reconocer que cuando me animo a hacer risotos o caldosos o melosos, me los como y me encantan, son manías visuales mías más que gustativas.
INGREDIENTES
1 Pollo troceado y limpio
1/2 Cebolla
2 Dientes de ajo
1/4 De pimiento morrón rojo
1/4 Pimiento morrón verde
1 Chorrito de coñac
PREPARACIÓN
Cortamos en brunoise la cebolla y el ajo.
En Juliana los pimientos.
En una cazuela, pochamos las verduras y a continuación freímos el pollo, añadiendo al final el chorro de coñac, dejando que evapore y reduzca un poco. Removemos para que no se queme.
Cuando veamos que el pollo ya está cocinado, vertemos la cantidad de arroz necesaria para las personas que seamos en casa, en mi caso, cuatro pocillos de arroz, en total uno para cada uno. Rehogamos un poco y añadimos el doble de agua hirviendo.
Cocinamos a fuego fuerte durante los 10 primeros minutos, bajando el fuego al mínimo a continuación hasta finalizar la cocción.
Normalmente, para que me quede seco el arroz, no lo suelo remover nunca, con los arroces melosos hay que hacer justo lo contrario, para que suelten un poco de almidón y formar esa salsita. Como lo que quiero no es un arroz pasado, ni un risoto, no remuevo continuamente, sino que le doy un par de vueltas con la cuchara justo antes de terminar el guiso, de esa forma, el arroz queda entero pero sin pasarse.
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