Últimamente, al ver esos programas/concursos de cocina que dan por la televisión, puedo observar un desprecio claro hacia los guisos de toda la vida, como si aquel cocinero que guise como se ha hecho siempre ya no pueda cocinar recetas modernas o que esos guisos sean peores que las modernidades presentadas en porciones minúsculas y en platos cuadrados a ser posible.
Esos platos, decorados con esmero con pétalos de flores, flores que sustituyen a las especias "madres", platos de bocado, pero de bocado pequeño, son preciosos, muy ricos y que a mí de vez en cuando también me gusta hacer en casa, pero resulta que me da asco el tufillo modernista que desprecia lo tradicional, lo de siempre.
Que alguien me explique cómo hacer que una Fabada modernista puede sustiruir a la Fabada tradicional. Creo que en mi casa iban a salir escaldados. Tenemos mucha costumbre de ponderar unas cosas a base de criticar otras, por lo que el mérito consiste en aniquilar lo anterior.
INGREDIENTES
Un pollo, a ser posible de corral
1 Cebolla
2 Dientes de ajo
1/2 Pimiento rojo
1 Hoja de laurel
1/2 Vaso de vino, tinto mejor, pero vale el blanco.
Un poco de agua
PREPARACIÓN
Quitamos la piel al pollo, lo troceamos en cuartos y sofreímos en aceite de oliva virgen extra.
Sacamos y en ese aceite doramos las verduras ya picadas en brunoise.
Añadimos el pollo, el vino y el laurel, si vemos que necesita agua éste es el momento.
Tapamos y cocinamos hasta que la carne se desprenda con facilidad del hueso.
esa salsa es espectacular. A mi me gusta mucho usar el vino tinto para cocinar, y con este pollo me has enamorado
ResponderEliminarEl vino tinto queda muy bien en la cocina, aporta más cuerpo que el vino blanco, más sabor y sobre todo más color. Está claro que para pescados no, pero para las carnes a mí es el que más me gusta.
ResponderEliminarTienes toda la razón y donde esté un plato casero que se quiten los demás, este pollo se parece mucho a uno que hacía mi suegra, que estaba buenísimo. Besos.
ResponderEliminarClaro, Maite, si es que este pollo guisado yo creo que anda por todas las cocinas españolas y por eso me joroba esa especie de persecución negativa hacia los guisos de siempre, como si el cocinar estos recetas mermase la calidad de la cocina moderna. No hay nada más enriquecedor que poder realizar ambas cocinas.
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