Pues ya estoy aquí, de nuevo retomando el blog, ya tengo internet en casa y estoy totalmente instalada. Tengo que contaros que estoy encantada, a un paso de las playas, con piscina, con sol por todas partes y algo fundamental para mí... ¡UNA COCINA ENORME! La cocina con muebles rústicos es una pasada y me a pedido a gritos que sacase mi vieja vajilla de porcelana inglesa (si te paras a escuchar, verás que tu cocina también habla, tiene vida propia) y que guardase la de porcelana blanca (me he resistido y la tengo guardada a mano en uno de los armarios de la cocina). Bueno al lío.
Como ha habido fiestas por aquí, los de ONO no me han hecho el traslado de la línea de inmediato, pues me he dedicado a leer, y a rebuscar entre viejas recetas de cocina que tenía de revistas; la que traigo hoy la he leído hace poco en una que traía un suplemento de dietas, y quieras o no, alguna ha habido muy interesante, como esta de hoy, que me ha sorprendido tanto que la he incorporado a nuestra dieta habitual. La aconsejo totalmente y estoy convencida de que a todo aquel que la pruebe le pasará como a mí.
INGREDIENTES
2 Puerros hermosos (la parte blanca)
2 Manzanas tipo Granny Smith (o sea, verdes verdes)
1/2L de caldo de pollo o de verduras
OPCIONAL
Un chorrete de leche desnatada durante el licuado.
Cebollino para decorar
PREPARACIÓN
Picamos el puerro en Juliana y en trocitos las manzanas peladas.
En un poco de aceite de oliva ponemos a pochar el puerro y cuando esté transparente añadimos la manzana y el caldo, dejando cocinar durante unos quince minutos (o el tiempo que lleve de cocción la manzana, que dependerá de cómo de grandes sean los trocitos).
Una vez cocinado lo pasamos todo por la batidora y dejamos enfriar.
Esta vichichoisse está muchísimo más rica de un día para otro.
Emplatamos decorando con cebollino picadito y un chorrete de aceite de oliva virgen extra.
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