El día se levantó feo hoy, a pesar de ello se hace agradable estar fuera de casa. Cada vez me cuesta más salir de mi pueblo, y a mis hijos empieza a pasarles lo mismo y es que es normal, la libertad que tienen aquí, en Santander, que aunque es una ciudad pequeña, no la tienen. Para empeza, el mayor no tiene horario de entrada, y tiene catorce años. A la pequeña sí se lo pongo, porque necesita descansar más y porque su diversión consiste en ir de acá para allá corriendo, y saltando a todas partes, por lo que necesita, de verdad, más descanso que el mayor, que pasa el tiempo o sentado con los amigos jugando a las cartas, o yendo al puerto a tirarse a la mar a nadar.
Esto es vida, amigos, aunque a muchos les espante la idea de vivir en el campo, yo cada vez me imagino de nuevo aquí con mis hijos y viviendo otra clase de vida, que a mí, me es más atractiva.
Hoy he cocinado unos ricos muslos de pollo, especiados con nuestras hierbitas de casa, romero, tomillo y laurel. Con un buen vino tinto y dos cucharadas soperas, bien colmadas, de mostaza con miel. La miel en esta mostaza la suaviza y aporta un delicioso sabor, sin que sea excesivamente dulce, lo cual le quitaría la gracia al propio sabor de la mostaza. Os invito a que preparéis este guiso, que sorprenderá por su delicado aroma y sabor. Los míos dejaron los huesos limpios de tanto rechupeteo.
INGREDIENTES
2 Zancas* de pollo por persona
1 Cebolla blanca pequeña
1 Diente de ajo gordo
2 Zanahorias pequeñas
1/4 de pimiento verde de asar
1/4 de pimiento rojo de asar
1 Vaso de los de agua de vino tinto que sea un poco bueno
1 Cucharadita de romero
1 Cucharadita de tomillo
1/2 Hija de laurel
Agua para cubrir
2 Cucharadas soperas bien colmadas de mostaza con miel
PREPARACIÓN
Picamos las verduras en brunoise, salvo el ajo que lo laminaremos, y pochamos en una cazuela ancha y no muy alta.
Añadimos los muslos de pollo secos a la cazuela y rehogamos un poquitín.
Agregamos ahora las especias, el vino y la mostaza, removemos un poco y cubrimos con agua si hiciera falta.
Cocinamos a fuego vivo los primeros 15' y a continuación lo bajamos a fuego lento hasta que la carne de las zancas esté tierna.
Yo le di un par de vueltas a la salsa con la batidora, lo suficiente para que no hubiese demasiados tropiezos pero que sí quedase alguno visible.
*Zanca: Muslo de pollo o de cualquier ave.
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