No es una carne que ponga mucho y quizás sea porque me gusta hacerla aquí, en mi tierra, porque de verdad, las cosas saben diferentes, no sé si es el clima, la tranquilidad y felicidad que tengoo, que son vacaciones... lo que sea, pero todo me sabe mejor y hay ciertas cosas que relaciono con estos verdes prados de mi Asturias del alma.
El codillo es una carne especialmente barata y sabrosa, agradecida en la cocina y de la que se puede hacer un gran aprovechamiento a posteriori.
INGREDIENTES
1 Codillo por cada dos personas
1 Puerro
1/2 Cebolla blanca
2 Dientes de ajo
1/2 Pimiento verde
1/2 Pimiento rojo
1 Vaso de sidra natural
1/2 Vaso de tinto bueno
1/2 Vaso de Pedro Ximénez
30ml de salsa de soja (yo uso Kikkoman)
PREPARACIÓN
Si el codillo es en salazón, lo tendremos toda la noche anterior en agua. Si queremos evitar este paso entonces no usaremos sal en nuestro guiso, porque no hará falta.
Al día siguiente pondremos a macerar nuestros codillos en los vinos y en la salsa de soja durante una hora al menos (si disponemos de más tiempo, pues cuanto más tiempo lo dejemos macerando mejor que mejor).
Picamos las verduras en brunoise y pochamos en un poco de aceite de oliva virgen extra.
Cuando las verduras estén blanditas y con color, añadimos los codillos y rehogamos para que se tuesten ligeramente y a continuación agregamos los jugos de la maceración y cubrimos con agua. Cocinaremos a fuego lento por espacio de unas dos o tres horas, hasta que veamos que la carne se desprende del hueso.
Yo acompañé este guiso con un arroz blanco basmati, que después freí hasta tostarlo y dejarlo crujiente, con un poco de aceite de oliva virgen extra.
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