Sopa de Miso

La primera vez que comí la famosa sopa de miso japonesa fue en mi restaurante favorito, no me entusiasmó, no sé qué esperaba de ella, sin embargo he ido apreciandola con el paso del tiempo, y si los japoneses la utilizan tanto para desayunar, como para almorzar o cenar, no pueden estar muy equivocados. Se puede hacer vegetal o con pescado o incluso tortilla, pero la tradicional es esta, con un par de verduras, alga nori (la del sushi) y el miso en pasta. Y como hasta nueva orden médica debo alimentarme única y exclusivamente de verduras, pues la que os traigo hoy es la más auténtica, de otra manera la hubiera puesto quizás un poco más recargada. Para la próxima.

INGREDIENTES

1 Alga Nori

1 Cebolla

1 Zanahoria

2 Tazas de agua

1 Cucharada de pasta de miso

PREPARACIÓN

La froma tradicional de preparar esta sopa es con mimo y cuidado, como todo lo que hacen ellos referente a la comida. Y los ingredientes tienen un orden de cortado y de introducción en la cazuela que yo me he saltado pero que os describo por si queréis hacerla como ellos.

Se corta la cebolla en juliana y se pone a pochar en una cazuelita en un par de cucharadas de aceite de oliva. Mientras tanto rebanamos las zanahorias en rodajas pero en vertical, de forma que las rodajas queden ovaladas (yo las piqué en brunoise porque iba a cenar mi hijo sopa y si le pongo la zanahoria en rebanadas no la come) y la introducimos en la cazuela junto a la cebolla. dejamos a fuego muy lento diez minutos. Pasado ese tiempo, vertemos el agua y dejamos hervir a fuego bajo otros diez minutos.

A falta de dos minutos de cocción, ponemos a remojo el alga nori y cuando se ablande, la troceamos con las manos y junto al agua de remojo la introduciomos en la cazuela. De ahí sacamos a un cuenco un par de cucharadas de caldo y mezclamos bien con la pasta de miso.

Apagamos el fuego y a los tres o cuatro minutos metemos el miso ya diluido a la sopa, dejamos reposar tapado, cinco minutos y servimos inmediatamente.

Nota: El miso según los japoneses está "vivo" y así debemos comerlo, por lo tanto nunca tiene que hervir o lo mataríamos.