martes, 29 de julio de 2014

Pisto


Es la noche de las Perseidas, la lluvia anual de estrellas y parece que no vamos a poder verlas. A pesar de haber estado pensando en ellas durante dos meses, llegada la noche, en Celorio parece nublado. Es sábado y mi costillo a venido desde Santander a pasar el día con nosotros, y tras cenar hemos decidido acercarnos a Llanes a ver la lluvia de estrellas. Miramos el oscuro cielo, capoteado de nubes, y tomamos algo en la terraza de Los Italianos, ya son casi las dos de la mañana y el cielo sigue en sus trece, la temperatura es perfecta... por lo que cuesta decidirse ir a casa a dormir, además, los niños aún quieren dar un paseo.
 Decido que es buena idea irnos al puente, y de camino allí, mirando al cielo, un claro nos da esperanzas, pocos minutos después, el cielo es un campo poblado de puntitos tintineantes.

La lluvia estaba prevista para esas horas y corremos hacia el Paseo San Pedro, subimos a prisa las escaleras y en la más profunda oscuridad, tumbamos nuestras espaldas en la fría hierba, con el sonido de las olas chocando en el acantilado. Mi mente se traslada al pasado, cuando allí, en es mismo paseo, mis amigos tocaban la guitarra y algunos cantábamos... de aquellos amigos solo quedan dos, los demás llorarán lágrimas en forma de estrellas fugaces.

No parece ocurrir nada, igual ya pasó la hora, pero estamos bien allí tumbados, al fresco, en familia. esta pequeña familia, tan fuerte, tan unida a pesar de todo. Mi hijo dice emocionado -¿Las viste? Ha sido tan rápido que no sé si será lo que estábamos esperando- todos estamos ansiosos, la niña se revuelve en el prado y grita con emoción que ella también la vio y así, tal y como empezó, la lluvia de estrellas surge de la nada, veloces estrellitas caen contra el mar Cantábrico, veloces, son casi un suspiro, decenas de ellas, la niña dice que ha contado más de veinte... yo he perdido la cuenta, y dudo que llegue otra noche que me colme de tanta felicidad, con los míos, en mi tierra... verano del 2012

Hoy de nuevo son Las Perseidas, pero estamos en Santander, mi Costillo trabaja y no saldrá antes de las tres de la mañana, y en Santander no se ve la lluvia de estrellas, la contaminación lumínica nos lo impide. este año todo es distinto, no he podido ir a la tierra que me da la fuerza y éstas empiezan a faltarme.

INGREDIENTES
1 Calabacín
1 Pimiento verde italiano
1/2 Cebolla roja
1 Puerro pequeño
2 Zanahorias
2 Tomates grandes maduros
2 Patatas medianas
1/2 Vaso de vino tinto


PREPARACIÓN
Me gusta añadirle patata frita al pisto, así lo ha hecho siempre mi madre y yo he continuado con la receta de casa, cuando algo está bueno, para qué cambiarlo.

Pelamos las patatas y las cortamos en daditos. Freímos en abundante aceite de oliva. Cuando estén doradas y crujientes, las sacamos y reservamos.

En una olla baja vertemos un buen chorro de aceite de oliva y llevamos al fuego.

Picamos todas las verduras en daditos y las vamos echando al aceite caliente, damos vueltas y al cabo de un cuarto de hora añadimos el vino tinto, removemos para que se integre todo bien y dejamos cocinar a fuego bajo hasta que todas las verduras estén tiernas. A unos diez minutos antes de terminar la cocción añadiremos las patatas fritas.

NOTA: Para Hacer este plato aún más completo, mi madre, cuando el pisto estaba recién hecho y aún estaba en la cazuela, añadía un par de huevos batidos y removía para que se cocinasen en el calor de las verduras, aportando así proteínas y un espesor bastante rico.




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