Este fin de semana, en mi pueblo ha bajado la temperatura de una forma brutal, de llegar el viernes tarde a 24º a estar el día siguiente a 7º y lloviendo. No hay problema, enciendo la cocina de carbón y leña y empezamos mi amiga Alejandra y yo a maquinar qué hacer.
Qué hacer en una cocina del siglo pasado es todo un reto, de verdad, ni os imagináis las cosas tan simples que se echan en falta (cierto, la culpa es mía, debo ir reponiendo aparatos y demás utensilios que faciliten la vida).
El caso es que nos pusimos a hacer un postre argentino, llamado "pasteles" y lo pongo entrecomillado porque en España ese nombre es algo muy generalizado, allí por lo visto, pasteles son estos.
Lo que más he echado de menos es mi robot amasador, no porque esto sea complicado de amasar, que no lo es, sino porque la harina me da muchísima dentera, es superior a mis fuerzas, por eso me compré el robot de cocina. Bueno, menos mal que Alejandra estaba allí porque estaba dispuesta a amasar con guantes. Así que amasó ella.
INGREDIENTES
1KG DE Harina de trigo
1 Sobre de levadura química
1 Paquete de margarina
Agua caliente, la que lleve
Maizena para espolvorear
Azúcar para espolvorear.
Aceite para freír (preferiblemente de girasol para no dar sabor)
Dulce de Membrillo
PREPARACIÓN
Como lleva un montón de amasados y dobleces, mejor lo explico con un paso a paso fotográfico.
Mezclamos, el harina, la levadura y 50gr de margarina. Vamos añadiendo agua caliente mientras amasamos, hasta cnseguir una masa lisa y nada pegajosa.
Ahora colocaremos la masa encima de una mesa e intentaremos amasar dándole forma cuadrada, deberá quedar un cuadrado fino y grande.
Habremos puesto el resto de la margarina a derretir en un fuego bajo y la tendremos a mano.
Pintamos la masa estirada con la ayuda de un pincel (no tenía pincel, me ayudé de una cuchara) y espolvoreamos con maizena.
Ahora cogemos de una parte de la masa y la llevamos a la mitad, cogemos la otra parte y hacemos lo mismo, de forma que estamos creando un "libro abierto" Mira bien la foto. Y repetimos la misma operación de antes, pintamos con la margarina y espolvoreamos de maizena.
Ahora cerramos "el libro" y de nuevo, pintamos con margarina y espolvoreamos con maizena.
Ahora lo que vamos a hacer es plegar a lo largo, formaremos una especie de cuadrado.
Volvemos a pintar con margarina y espolvorear con maizena.
Y cierra el libro por última vez.
Con la ayuda de un rodillo (como ves, tuvimos que ayudarnos con una botella), volvemos a amasar, crearemos de nuevo una plancha fina y cuadrada que dividiremos en cuadrados lo más parejos posible. Alejandra, en su país, se ayuda de una regla, aquí lo hemos hecho a ojo y ni tan mal.
Encima de de un cuadrado pondremos un trocito de membrillo, mojamos con agua alrededor del membrillo y cubrimos con otro cuadrado de masa.
Mira, quedará así
Mójate el dedo con agua y haz unas hendiduras en las mitades del cuadrado, por ahí deberás plegar con fuerza creando una rosa.
En aceite bien caliente iremos friendo las flores de a poco, ya que se van a abrir en contacto con el calor. Sácalas cuando estén doradas y aparta el aceite del fuego.
Tendrás preparado un cuenco con azúcar. Introduce las flores y sacúdelas para retirar el exceso de azúcar.
Mira como quedan una vez terminados los pasteles fritos, son deliciosos.
Pienso que se podrán rellenar de otros dulces que sean firmes, por ejemplo trozos de chocolate, pero así están deliciosas estas rosas hojaldradas.
También se acostumbra a rellenarlos con dulce de batata (boniato) o con dulce de leche del tipo repostero que es algo más firme. Para mi gusto el membrillo es lo que mejor queda
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